PETROGLIFOS ES UN POEMARIO EDITADO POR BAILE DEL SOL.

domingo, 27 de abril de 2014

PETROGLIFO

La mano curva el trazo,

hunde el dedo

en la herida de piedra.



El surco austero

trasciende

y no busca 

ser completado.



Petroglifos de Luis Vea, Baile del Sol, 2014

jueves, 24 de abril de 2014

UN VIAJE DE REGRESO: PETROGLIFOS. RESEÑA DE ALENA COLLAR.





Petroglifos, el poemario que publica Luis Vea en Baile del Sol, es un viaje de regreso.
Un viaje de regreso desde una partida de las Islas hasta un retorno al mar— o a la piedra— en el que sólo queda la sangre de una herida.
Poemas breves, concisos, como un buril. De un minimalismo formal casi esquemático. Con una expresividad asentada en la concreción del trazo o de los elementos naturales que lo conforman. En el que los símbolos más notorios son el fuego, la piedra y el agua. Volcán, petroglifo y mar.
El trío que marca un paisaje ético en el que el Poeta es testigo. Testigo de lo inmutable. O del apenas gesto esbozado como un eco.
No es ésta, poesía para el apresuramiento sino para el entender cabal de la lectura reposada. En una línea simbólica que remite directamente en mi criterio  a ciertos poemas de Cernuda, incluso del Claudio Rodríguez más escueto, resuena también un eco de insularidad; estoy pensando en el minimalismo de un Manoel Antonio por ejemplo y su expresividad también de buril sobre temas parecidos; lo ex-céntrico, lo finisterrado une a dos autores tan alejados en el tiempo.
El leve trazo en el que apenas queda una huella. Un eco, un resto, la muesca del tiempo en el petroglifo. Pero ni siquiera esa huella es instante presente, sino “casi ayer” como constata el Poeta.
Un lenguaje preciso, de acentos que recogen palabras y términos  rescatados del acervo isleño y que también ayudan a marcar esta impresión de raíces rescatadas, unos versos medidos, armónicos, en los que el ritmo interno se va pautando con exactitud, todo ello hace de este poemario un motivo para felicitar a su autor.